El Papa Francisco muestra en la encíclica Laudato Si’ una nueva y armónica comprensión de la ecología, donde se hace un llamado a proteger nuestra Casa Común con gestos que ayuden a un desarrollo sostenible e integral.
En la encíclica se habla de ecología integral, la cual debe comprenderse desde lo ambiental, lo social, lo mental y espiritual. Se asume, como dato sobre el ser humano, que estamos constituidos en redes interdependientes entre nosotros, y entre nosotros y la Casa Común. Por ello insiste en la necesidad de “cambiar en los estilos de vida” (LS 204; 206), que se muestre el paso de un “estilo de vida consumista” (LS 204) y excesivamente individualista a lograr un modo de vivir y de relacionarnos que tenga como horizonte “la capacidad de salir de sí hacia el otro” (LS 208). Con este cambio de estilo de vida, el Papa se enfoca en la urgencia de crear espacios de compasión, de cuidado, de empatía y reconocimiento. Por ello, afirma: “cuando somos capaces de superar el individualismo, realmente se puede desarrollar un estilo de vida alternativo y se vuelve posible un cambio importante en la sociedad” (LS 208).
Todos estamos llamados a una conversión ecológica, pues la destrucción del ambiente es algo real y muy serio. Ante esta realidad no podemos permanecer indiferentes; se nos pide un cambio en nuestros hábitos de consumo. El Papa Francisco nos insta a colaborar para construir y cuidar nuestra Casa Común. Necesitamos una solidaridad universal nueva, que sea expresión de nuestro vivir como personas y como creyentes.
En el aniversario de esta importante encíclica es bueno preguntarnos cómo podemos colaborar de forma activa a evitar el deterioro de nuestra Casa Común.