Christina Salmivalli, creadora del programa KiVa, destaca la influencia que tienen los adultos para incidir con dinámicas positivas en el grupo curso y prevenir situaciones de intimidación y acoso.
“Los investigadores están de acuerdo en que una de las principales razones del acoso escolar es la gran necesidad de estatus, visibilidad y dominio de algunos estudiantes”, explica Salmivalli.
Sostiene que KIVa “se basa en la idea de que el cambio positivo en el comportamiento de la clase puede reducir la recompensa que obtienen los acosadores del bullying y, por tanto, su motivación para acosar”.
KIVa interviene el acoso escolar a partir de la investigación de la posición social de los individuos agresivos y el enfoque del rol del participante en el bullying. En esencia, pretende minimizar los efectos nocivos de la victimización a través del cambio de comportamiento de los estudiantes involucrados en el programa.
Para alcanzar los objetivos, un grupo multidisciplinario designa un Equipo KIVa, conformado por profesores, personal de la escuela y estudiantes populares, para que hablen con víctima y acosadores.
Fuente: El Ciudadano