Es uno de los más destacados teóricos de la educación a nivel mundial. El investigador y pedagogo estadounidense llegó a Chile para presentar sus más recientes estudios, en los cuales revela cómo se puede adquirir un carácter transformador, en pos de una sociedad verdaderamente libre, a partir de la gestión del conocimiento, instalando la premisa que dice que “existe una relación intrínseca entre educación y poder”.
Oriundo de Nueva Jersey y nacido en 1942, Michael Apple ha revolucionado el mundo con sus apostolados, y su reflexión se ha dirigido al empoderamiento y transformación de las personas y comunidades. Uno de sus principales temas de investigación y análisis es la relación entre la educación y las diversas hegemonías del poder.
Sus contribuciones más importantes corresponden a los campos de la política cultural, la teoría e investigación curricular, y la educación crítica. Es un incansable intelectual que viene trabajando durante las últimas cuatro décadas de forma sistemática en el desarrollo de lo que ha llamado ‘escuelas democráticas’.
Impartió clases en escuelas básicas y secundarias, y luego fue presidente del sindicato de profesores; todo ello en Nueva Jersey. Desde 1970 ejerce las cátedras John Bascom en Currículum e Instrucción y en Estudios de Política Educacional en la Escuela de Educación de la Universidad de Wisconsin-Madison.
Su principal desafío investigativo actual se centra en los límites y posibilidades de la educación crítica en un contexto de restauración conservadora. Su obra es ampliamente conocida, y destacan, entre otros, los siguientes títulos: Can Education Change Society? (2013), Global Crises, Social Justice, and Education (2010), Democratic Schools (2007, con James A. Beane), Educating the «Right» Way: Markets, Standards, God, and Inequality (2006), The State and Politics of Education (2003), Official Knowledge: Democratic Knowledge in a Conservative Age (Routledge, 1993), Cultural Politics and Education (Teachers College Press, 1996) y Education and Power (1982).
Según la mirada de Michael Apple, los siguientes elementos contribuyen a impulsar escuelas que aporten en la formación de una mejor sociedad:
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Docentes como intelectuales críticos. Profesores y profesoras comprometidos con los estudiantes y con la sociedad, sensibles ante las injusticias e implicados en la lucha contra ellas.
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Estudiantes como agentes de cambio. Con autoestima, conocedores de las injusticias y sensibles ante ellas.
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Comunidades educativas comprometidas y trabajando unidas en pos de valores y objetivos compartidos.